Cultura
Desde siempre parte de círculos culturales centroeuropeos y mediterráneos, o más precisamente el punto de encuentro entre la civilización occidental y el Oriente, la riqueza cultural croata sigue testimoniando los lazos que Croacia ha tenido con las épocas culturales europeas claves. Entre las huellas visibles se encuentran los monumentos inscritos en la Lista de Patrimonio Cultural Mundial de la UNESCO, tal y como la intacta parcelación agrícola griega en Stari Grad en la isla de Hvar, el núcleo histórico de la antigua Split con el palacio del emperador romano Diocleciano, la Basílica de Eufrasio de la temprana cristiandad de Poreč, el núcleo románico de la ciudad de Trogir, la catedral de Santiago de Šibenik del temprano Renacimiento y Dubrovnik renacentista. De los más importantes artistas y literarios cabe mencionar a Marko Marulić (1450–1524), "padre de la literatura croata", cuyas obras se leían en todo Europa, a Juraj Dalmatinac (s. 15), el mayor escultor y constructor renacentista croata, a Julije Klović (1498–1578), el mayor miniaturista renacentista, a Luka Sorkočević (1734–89), el primer compositor de sinfonías croata, a Ivana Brlić-Mažuranić (1874–1938), "la Andersen croata", a Ivan Meštrović (1883–1962), renombrado escultor y, según Rodin, "el mayor fenómeno entre los artistas", a Milka Trnina (1863–1941), la mayor diva de opera croata, o a Miroslav Krleža (1893–1981), enciclopedista y según muchos el mayor escritor croata del siglo XX. Entre los artistas de los tiempos recientes se destacan Branko Lustig, productor de las películas ganadoras de Oscar La lista de Schindler y Gladiador, y el virtuoso pianista Ivo Pogorelić.